martes, 7 de septiembre de 2010

El que tenga ojos, que vea

Unos niños que estaban aprendiendo a multiplicar, rodearon a otro niño de su clase, que decían era muy bueno multiplicando, y le obligaron a hacer las siguientes operaciones:
2 X 1, 2 X 3 y 4 X 3
El niño no quería someterse a la prueba por la fuerza, pero no le soltaban, y decidió escribir los resultados:
2 X 1 = 1, 2 X 3 = 8, 4 X 3 = 64
Los niños llamaron al profesor de matemáticas, para que comprobase si los resultados eran correctos.
_ No señor, no son correctos
_ Ya lo sé, el resultado que he dado es el de elevar la primera cifra a la potencia de la segunda. :-)